martes, 22 de noviembre de 2011

Eficiencia educativa: receta para afrontar tiempos de crisis

En 1960, el premio Nóbel de economía, Theodore W. Schultz, presentó ante la Asociación Económica Norteamericana un discurso sobre Inversión en Capital Humano en el que defendía la idea de que la adquisición de conocimientos y habilidades por medio de la educación no debía entenderse como una forma de consumo sino como una inversión. Desde entonces, han sido varios los autores que han defendido la importancia que tiene el capital humano en la creación de bienestar personal, social y económico, hasta el punto que, hoy en día, existe un convencimiento más o menos generalizado de que un mayor nivel de conocimientos y habilidades en los individuos trae consigo un aumento de la prosperidad económica y social de los países en que éstos se encuentran inmersos.

Habida cuenta de la importancia de invertir en educación para el crecimiento económico de los países, en un mundo en el que los recursos fuesen ilimitados, el hablar de economía o de cuestiones económicas sería innecesario. Si se imagina, por ejemplo, una escuela en la que el número de profesores, su salario, los equipos informáticos o cualquier otro recurso material o humano fuese ilimitado y no estuviese supeditado a partidas presupuestarias, no tendría cabida hablar de optimizar la utilización de los recursos o utilizar el presupuesto de manera eficiente.

Sin embargo, la realidad muestra que los recursos son finitos y, por tanto, tenemos que tomar decisiones sobre qué elegir y cómo asignar esos recursos de los que disponemos. Este hecho adquiere una mayor relevancia en un contexto de crisis económica, como la que se está atravesando actualmente, en las que un gasto público (más limitado que de costumbre) debe asignarse a satisfacer las diferentes necesidades del conjunto de la sociedad.

En estos casos, la mejora de la calidad del sistema educativo debe apelar a un uso eficiente de los recursos. La eficiencia educativa hace referencia a la relación entre las inversiones o recursos que utiliza el sistema educativo y los resultados que allí se consiguen. El incremento de la eficiencia dentro del sector educativo NO se traduce (como se defiende desde algunos sectores) en una reducción de las entradas en vistas a alcanzar unos conocimientos y habilidades "mínimos" en todos los alumnos (orientación al input). Al contrario, la mejora de la eficiencia debe orientarse a maximizar los resultados que obtienen los centros educativos con los recursos que utilizan para ello (orientación al output). En primer lugar, porque la educación debe contribuir al perfeccionamiento de las personas y, en segundo, porque en el sistema educativo los recursos están previamente determinados y, por tanto, los gestores de la educación deben focalizar su estrategia en obtener los mejores resultados con los recursos de los que se disponen.

Para finalizar, no podemos olvidar que uno de los motivos de justifican la necesidad de apelar a un uso eficiente de los recursos dentro del Sistema Educativo lo encontramos en la Constitución Española de 1978, en su artículo 30.2 señala que “el gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos y su programación y ejecución responderá a los criterios de eficiencia y economía”. En este sentido, la aplicación de criterios de eficiencia en la asignación y utilización de los recursos humanos y materiales dentro del sistema educativo, responde al mandato constitucional y a la necesidad de dar respuesta a unas mayores demandas de educación por parte de los ciudadanos, a partir de partidas presupuestarias que durante los últimos años han permanecido invariantes.

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Congreso de los diputados (1978). Constitución Española. Consultado el 3 de abril de 2008 en: http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/constitucion.html.

Shultz, T.W. (1961). Investment in Human Capital. The American Economic Review, 51(1), 1-17.

1 comentario:

  1. Gracias por esta reflexión que nos recuerda a todos la enorme importancia de invertir en Educación siempre, pero más aún en tiempos de crisis.

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